13 feb 2012

pinta la tristeza de Aristóteles.

"... porque la vida mi vida
pone a la muerte en postura de perra
y la penetra bajo el rumor de dos mil sauces llorosos
entre todos los tornados
entre todos los huracanes
entre todas las misas, mi amor:
en esas que nunca seremos nombrados"
Sarco Lange.

qué podría deciros a estas alturas,
¿alguien que me chute una buena dosis de pánico?
el único enfermero que conozco no es el más apropiado,
trae consigo un shawarma en la mano izquierda y a Cleopatra en la derecha.

prefiero en la yugular pero a los más inexpertos os cedo la parte interior del codo,
sabed que cerraré el aliento para que mi sangre se os destaque,
debéis eliminar todo el aire que quede en la jeringa
colocar la aguja hacia arriba
empujad el émbolo para que brote un poco del liquido
y pinchar a lo largo de la vena,
de forma oblicua,
entonces notaréis una pequeña resistencia,
es la pared venosa,
cuando la traspaséis,
será necesario retroceder un poco la jeringa y si la habéis colocado bien
veréis como mi sangre asciende dócilmente
mezclándose con el pánico en una danza de amor macabra;
ha llegado el momento de inyectarme,
empujad despacio,
como si vuestros dedos estuvieran bañados en formol,
y
una
vez
esté
la
jeringa
totalmente
vacía
debéis
sacar
la
aguja
de
golpe
y entonces
ya podéis respirar.

arrugado junto a las vías del tren
veo a Jesús de Nazareth cortándole la cola a una lagartija.

tiene once años y trata de refugiarse en los raíles
quiero beber de su cicatriz
vaciarlo de un solo trago,
reptar por su mundo y hacerlo Calipso,
porque el mundo es plano,
debe de ser plano,
porque me resulta insoportable que todo sea tan...
estático.

mis fauces son terribles
devoraran sus entrañas a una velocidad vertiginosa
con saña de animal enjaulado
feroz alimaña que arranca, intestinos, estómago y páncreas.

grito,
pero de júbilo,
y en la generación espontánea de mí cuerpo:
ofrezco estas letras al éter,
ofrezco estos ojos al aire,
ofrezco esta sangre a la tierra,
ofrezco esta mente al océano.
ofrezco esta carne a tu fuego.